En Sao Paulo
Esto lo encontre en una web, y pense ponerlo hace tiempo, pero lo habia olvidado, ahora que ya estoy ubicado aqui, quiero que sepan algo mas, de esta, mi nueva morada
Grandiosa y cosmopolita, Sâo Paulo ejerce como la mayor metrópoli de toda Sudamérica, dentro de un proceso de crecimiento continuado que no parece tener límites y que provoca zozobra a urbanistas y demógrafos. En la capital paulista conviven un núcleo comercial e industrial, e inmensas zonas en donde las favelas constituyen un elemento estable del paisaje. La ciudad ha quedado soldada a su periferia y forma una inmensa área con más de treinta kilómetros de radio.
Con un ritmo trepidante, Sâo Paulo está envuelta en un pasado de ciudad pionera. Los bandeirantes, aquellos aventureros que llegaron a Brasil en busca de esclavos indios o de riquezas mineras, fueron sus primeros habitantes. Sus sucesores llegaron procedentes del interior del inmenso país y de todas las partes del mundo, para poner en marcha una ciudad vigorosa que no ha parado de crecer.
Quizá dotada de menores encantos naturales que Río de Janeiro (con la que mantiene una rivalidad que se extiende a todos los terrenos, pero que también ha beneficiado el progreso de las dos urbes), la primera sorpresa que Sâo Paulo proporciona a sus visitantes es el trajín de sus calles, con la frenética actividad de sus habitantes.
La ciudad de los artistas
Pero, además de esto, cuenta con una actividad artística sin parangón. Así, el Museo de Arte de Sâo Paulo, con una colección integrada por más de un millar de obras, alberga las principales muestras de arte europeo de toda Latinoamérica.
La Bienal de la ciudad, con sede en el elegante Museo de Arte Moderno, de repercusión en todas sus calles, es una de las principales convocatorias artísticas latinoamericanas y despierta expectación en todos los cenáculos artísticos internacionales. También existe un Museo de Arte Contemporáneo, con unos fondos integrados por alrededor de cinco mil obras de artistas fundamentalmente brasileños, pero también representativos del resto del continente, e incluso europeos. Los grandes escenarios culturales de la ciudad se completan con el Centro Latinoamericano, que cuenta con una biblioteca y otro pequeño museo.
Aglomeraciones y zonas de emigrantes
Ciudad de aglomeraciones y tráfico intenso, uno de los barrios más vivos de Sâo Paulo es Liberdade, donde viven los emigrantes japoneses y sus descendientes, que constituyen acaso la colonia más numerosa del Brasil contemporáneo. También resulta extenso y bullicioso el barrio italiano, conocido como Bixiga o Bela Vista, repleto de cantinas y pizzerías, donde los emigrantes transalpinos conservan todas sus tradiciones. Los judíos, por su parte, al instalarse en la ciudad, eligieron el norte, concretamente el barrio de Bom Retiro, hoy abierto a todos los paulistas.
Pero hay otros sectores urbanos menos populosos y más serenos, como la gran zona de Jardim o la avenida Paulista, los barrios residenciales donde se encuentran las tiendas caras. Al margen de ellas, el Parque Ibirapuera, construido en 1954 con motivo del cuatrocientos aniversario de la fundación de la ciudad, es uno de los más bellos enclaves, dominado por el edificio de la Asamblea Legislativa y el Monumento a los Bandeirantes. La sorpresa la proporciona una réplica del Palacio Imperial de Kyoto, en Japón.
Pero el verdadero corazón de Sâo Paulo se localiza en torno a la Praça da República y la Praça da Sé, donde se encuentra la catedral metropolitana, de estilo neogótico e inmensas proporciones, finalizada a mediados del siglo XX. En sus inmediaciones se localiza el distrito financiero llamado Triángulo, con el edificio Martinelli, en su origen una imitación del Empire State. La avenida Paulista es el otro escenario principal en donde se refugia el mundo del dinero. Discurre de norte a sur en el corazón de la ciudad a lo largo de tres kilómetros. También merece una visita la zona comercial más activa, constituida por la rua Augusta y la avenida Sâo Luis, donde se encuentra el edificio Italia, acaso el más alto de Sudamérica, con 42 pisos.
Escasos restos coloniales
Entre los escasos restos coloniales que alberga la ciudad, uno de los más destacados, la Casa de Anchieta y el Patio del Colegio, no es sino una reproducción del original. Reconstruyen la primera misión jesuita de 1554, encabezada por el canario José de Anchieta, en torno a la cual se fundó la ciudad. Sí que se conserva la casa colonial o solar de la Marquesa de Santos, amante de Pedro I, actual sede del Museo de la Ciudad.
La iglesia de Nossa Senhora da Luz, que alberga el Museo de Arte Sacro, es una de las más antiguas de Sâo Paulo. Reconstruida por los franciscanos en el siglo XVIII sobre un templo del XVI, sobresalen los oratorios barrocos y una curiosa talla de San Jorge. También de fines del siglo XVIII es la planta definitiva de la iglesia de Sâo Francisco, cuya capilla primitiva, de la cual se conservan algunas maderas, data de 1676. La Basílica de Sâo Bento, construida a principios del siglo XX sobre el monasterio que había erigido el bandeirante Fernâo Días, llamado "el cazador de esmeraldas", exhibe un impresionante órgano de seis mil tubos, bellas tallas, como la del propio Sâo Bento, y hasta un valioso icono ruso.
Para quienes prefieran abandonar el centro de las ciudades en busca de ambientes más reposados o de un mayor contacto con la naturaleza, Sâo Paulo tiene una excelente playa, Praia Grande, situada en las proximidades de Santos (principal puerto del país, elegido por los portugueses para realizar sus primeros asentamientos y unido a la capital paulista por la Autopista dos Imigrantes), que se extiende a lo largo de cincuenta kilómetros de arenas blancas. Iguape e Itanhaem, también en las inmediaciones de Santos, son dos bellos núcleos coloniales; y las islas Comprida e Ilhabela constituyen otros ejes turísticos en alza dentro del hiperpoblado estado de Sâo Paulo.
Grandiosa y cosmopolita, Sâo Paulo ejerce como la mayor metrópoli de toda Sudamérica, dentro de un proceso de crecimiento continuado que no parece tener límites y que provoca zozobra a urbanistas y demógrafos. En la capital paulista conviven un núcleo comercial e industrial, e inmensas zonas en donde las favelas constituyen un elemento estable del paisaje. La ciudad ha quedado soldada a su periferia y forma una inmensa área con más de treinta kilómetros de radio.
Con un ritmo trepidante, Sâo Paulo está envuelta en un pasado de ciudad pionera. Los bandeirantes, aquellos aventureros que llegaron a Brasil en busca de esclavos indios o de riquezas mineras, fueron sus primeros habitantes. Sus sucesores llegaron procedentes del interior del inmenso país y de todas las partes del mundo, para poner en marcha una ciudad vigorosa que no ha parado de crecer.
Quizá dotada de menores encantos naturales que Río de Janeiro (con la que mantiene una rivalidad que se extiende a todos los terrenos, pero que también ha beneficiado el progreso de las dos urbes), la primera sorpresa que Sâo Paulo proporciona a sus visitantes es el trajín de sus calles, con la frenética actividad de sus habitantes.
La ciudad de los artistas
Pero, además de esto, cuenta con una actividad artística sin parangón. Así, el Museo de Arte de Sâo Paulo, con una colección integrada por más de un millar de obras, alberga las principales muestras de arte europeo de toda Latinoamérica.
La Bienal de la ciudad, con sede en el elegante Museo de Arte Moderno, de repercusión en todas sus calles, es una de las principales convocatorias artísticas latinoamericanas y despierta expectación en todos los cenáculos artísticos internacionales. También existe un Museo de Arte Contemporáneo, con unos fondos integrados por alrededor de cinco mil obras de artistas fundamentalmente brasileños, pero también representativos del resto del continente, e incluso europeos. Los grandes escenarios culturales de la ciudad se completan con el Centro Latinoamericano, que cuenta con una biblioteca y otro pequeño museo.
Aglomeraciones y zonas de emigrantes
Ciudad de aglomeraciones y tráfico intenso, uno de los barrios más vivos de Sâo Paulo es Liberdade, donde viven los emigrantes japoneses y sus descendientes, que constituyen acaso la colonia más numerosa del Brasil contemporáneo. También resulta extenso y bullicioso el barrio italiano, conocido como Bixiga o Bela Vista, repleto de cantinas y pizzerías, donde los emigrantes transalpinos conservan todas sus tradiciones. Los judíos, por su parte, al instalarse en la ciudad, eligieron el norte, concretamente el barrio de Bom Retiro, hoy abierto a todos los paulistas.
Pero hay otros sectores urbanos menos populosos y más serenos, como la gran zona de Jardim o la avenida Paulista, los barrios residenciales donde se encuentran las tiendas caras. Al margen de ellas, el Parque Ibirapuera, construido en 1954 con motivo del cuatrocientos aniversario de la fundación de la ciudad, es uno de los más bellos enclaves, dominado por el edificio de la Asamblea Legislativa y el Monumento a los Bandeirantes. La sorpresa la proporciona una réplica del Palacio Imperial de Kyoto, en Japón.
Pero el verdadero corazón de Sâo Paulo se localiza en torno a la Praça da República y la Praça da Sé, donde se encuentra la catedral metropolitana, de estilo neogótico e inmensas proporciones, finalizada a mediados del siglo XX. En sus inmediaciones se localiza el distrito financiero llamado Triángulo, con el edificio Martinelli, en su origen una imitación del Empire State. La avenida Paulista es el otro escenario principal en donde se refugia el mundo del dinero. Discurre de norte a sur en el corazón de la ciudad a lo largo de tres kilómetros. También merece una visita la zona comercial más activa, constituida por la rua Augusta y la avenida Sâo Luis, donde se encuentra el edificio Italia, acaso el más alto de Sudamérica, con 42 pisos.
Escasos restos coloniales
Entre los escasos restos coloniales que alberga la ciudad, uno de los más destacados, la Casa de Anchieta y el Patio del Colegio, no es sino una reproducción del original. Reconstruyen la primera misión jesuita de 1554, encabezada por el canario José de Anchieta, en torno a la cual se fundó la ciudad. Sí que se conserva la casa colonial o solar de la Marquesa de Santos, amante de Pedro I, actual sede del Museo de la Ciudad.
La iglesia de Nossa Senhora da Luz, que alberga el Museo de Arte Sacro, es una de las más antiguas de Sâo Paulo. Reconstruida por los franciscanos en el siglo XVIII sobre un templo del XVI, sobresalen los oratorios barrocos y una curiosa talla de San Jorge. También de fines del siglo XVIII es la planta definitiva de la iglesia de Sâo Francisco, cuya capilla primitiva, de la cual se conservan algunas maderas, data de 1676. La Basílica de Sâo Bento, construida a principios del siglo XX sobre el monasterio que había erigido el bandeirante Fernâo Días, llamado "el cazador de esmeraldas", exhibe un impresionante órgano de seis mil tubos, bellas tallas, como la del propio Sâo Bento, y hasta un valioso icono ruso.
Para quienes prefieran abandonar el centro de las ciudades en busca de ambientes más reposados o de un mayor contacto con la naturaleza, Sâo Paulo tiene una excelente playa, Praia Grande, situada en las proximidades de Santos (principal puerto del país, elegido por los portugueses para realizar sus primeros asentamientos y unido a la capital paulista por la Autopista dos Imigrantes), que se extiende a lo largo de cincuenta kilómetros de arenas blancas. Iguape e Itanhaem, también en las inmediaciones de Santos, son dos bellos núcleos coloniales; y las islas Comprida e Ilhabela constituyen otros ejes turísticos en alza dentro del hiperpoblado estado de Sâo Paulo.
4 Comments:
Muito obrigada pela informação :(!!
Voi batir na sua bunda :D!!
Você tem camisinha? :(
Eu quero foder com você :D!!
Quer brincar comigo? ;)
Amo você!!!!!!!!!
te estranho muito!!!!!
Gracias por los buenos deseos!!!
Tag? Perublog?? veré eso! aunque supongo que también debería escribir más seguido.
Amigo, ahora mi blog ha cambiado, ahora es
http://swerchg.blogspot.com
date una vuelta
switched to the new blogger!
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